Condiciones ideales para el cultivo de tomate 

El tomate o jitomate es un fruto de importancia mundial. El cultivo de tomate ha crecido más de 35% en el mundo en los últimos diez años, ya que se ha convertido en parte fundamental de la alimentación de varios países. Es un fruto que se cultiva en todo el planeta, gracias a que puede darse en diferentes condiciones. Siendo sus principales productores China, Estados Unidos, Turquía, India, Italia, y Egipto, se exporta a muchas otras regiones del mundo.

Aunque sí requieren ciertas condiciones para crecer al máximo de su capacidad, gracias a que lo hacen en temperaturas posibles en todo el mundo, se pueden cultivar en donde sea, siempre y cuando se ajuste a la temporada según el lugar.

Preparar la tierra para el cultivo de tomate

Dependiendo de si el cultivo se encuentra en un lugar frío o cálido, los tomates podrían requerir sembrarse primeramente en un semillero. De estar en un lugar frío, se plantan de esta forma y se trasplantan a la tierra ya que hayan germinado, la cual debe prepararse de forma especial. El semillero debe utilizar sustrato especial para semillero con los nutrientes necesarios para este tipo de cultivo.

Como con cualquier otra planta, se debe elegir cuidadosamente el lugar para plantar o traspasar las plantas de tomate del semillero. Debe recibir seis horas de sol y profundidad adecuada en la tierra para que las raíces puedan crecer. Los tomates son una planta trepadora, por lo que requieren espacio para las raíces. Antes de comenzar a plantar o trasplantar, se debe quitar cualquier hierba que se encuentre en el lugar. Las hierbas también se encuentran en las raíces por lo que se debe limpiar bien en el fondo para evitar crecimientos indeseables que atraigan plagas o usen agua que los tomates requieren para crecer.

Riego de plantas

Posteriormente se labra y airea la tierra. Ya sea una labor manual o industrial, esta fase es fundamental para deshacerse del suelo compacto. Idealmente se sembrará a entre veinte y treinta centímetros del suelo, por lo que se debe hacer a profundidad. Por último, se enriquece el suelo con nutrientes. Para los tomates se recomienda también abonar a la hora de la plantación, aunque puede depender del tipo de suelo y la zona en donde se siembre.  

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Temperatura y horas de sol en el cultivo de tomate

El cultivo de tomate requiere estar expuesto al sol, aunque se ha visto que pueden crecer en invernaderos con luz parcial si se ajustan las condiciones de humedad y nutrientes. Idealmente se recomienda que tengan sol directo sin tener árboles alrededor o edificaciones que los puedan cubrir.

Aunque requieren sol, los tomates no requieren altas temperaturas. Se ha visto que pueden crecer en lugares fríos y cálidos. Para su siembra, se recomienda que el suelo se encuentre alrededor de los 15º C durante el día y alrededor de los 10º C durante la noche, por lo que dependiendo de la región se deben plantar en primavera o verano.

Cantidad de agua en el cultivo de tomate

Generalmente, una de las mayores preocupaciones en un cultivo es la sequía, o la poca cantidad de agua. Sin embargo, el exceso de agua es también un problema que se debe considerar. Cada planta requiere cierta cantidad de agua para sobrevivir, por lo que hay que conocerla bien antes de hacer un cultivo, y darle la cantidad más precisa de agua posible. El exceso de agua se puede dar por muchos factores como exceso de lluvia (aunque no es tan común), pero la principal causa es el exceso de riego.

Una de las principales formas en la que se nota el exceso de riego es si la planta se marchita. Sin embargo, siendo que es justo lo que se quiere evitar, se pueden revisar las hojas regularmente, ya que si están amarillas puede ser un síntoma de sobre riego. De igual forma si no crecen nuevos brotes o se caen las flores. Cada planta es diferente, pero sobre cualquier anomalía se debe considerar si se está regando con demasiada frecuencia.

En el caso del cultivo de tomate, de acuerdo con la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), es muy variable el agua que pueden necesitar. Dependiendo del tipo de tomate y de la zona en la que se cultiva pueden ser entre 1,800 y 2,700 mililitros por planta por día, aunque menos de un tercio en zonas húmedas tropicales. Es por esta gran variabilidad que se recomienda revisar de forma específica el tipo de cultivo que se tiene, así como el lugar donde se tendrá, y la especie de planta.

Gracias a estas consideraciones, la mejor forma de optimizar el riego de los tomates es mediante el riego por goteo. Este tipo de riego se acomoda a lo largo del cultivo con dispositivos que dejan caer gotas en diferentes intervalos según lo que la planta necesite, lo que lo hacen ideales para una planta que requiere agua durante todo el día. Se pueden colocar sobre la tierra o de forma subterránea (llamado riego por goteo enterrado) y se programa para que libere agua automáticamente.

Algunos servicios como Rieggo, hacen arrendamiento de proyectos completos de riego por goteo (además de otros tipos de sistemas de riego según se necesite), lo que hace muy fácil la instalación y mantenimiento. Además, permiten monitorear y regular el agua desde un dispositivo móvil, de forma que todo se puede hacer desde la comodidad del propio teléfono inteligente. Este tipo de servicios son personalizados según el cultivo y pueden adaptarse al sistema de riego que se tiene para mejorarlo.

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