¿Cómo realizar el mantenimiento de sistemas de riego mientras no hay cosecha?

El mantenimiento de sistemas de riego es crucial para asegurar que funcione correctamente durante la temporada de cosecha, pero también es fundamental en los períodos en que no se está cosechando. Un sistema de riego bien mantenido puede prolongar su vida útil, evitar costosos daños y garantizar que los cultivos, cuando se planten nuevamente, reciban el agua de manera adecuada.

Inspección y mantenimiento de filtros

Uno de los aspectos más importantes en el mantenimiento de sistemas de riego es la revisión periódica de los filtros. Los filtros, tanto de malla como de medios de arena, deben revisarse después de cada periodo de funcionamiento y limpiarse si es necesario. Los filtros de malla o discos ranurados se pueden limpiar con un cepillo de cerdas duras o sumergiéndolos en agua.

Por otro lado, es importante revisar las líneas de riego por posibles fugas y buscar áreas de humedad excesiva que puedan indicar un tubo con fugas o un emisor defectuoso. Para evitar obstrucciones, también es recomendable hacer un lavado periódico de los sistemas de sub-mantenimiento y los laterales. Aunque los sistemas de riego pueden estar equipados con dispositivos automáticos de retro-lavado, es fundamental realizar verificaciones manuales para asegurar que todo esté funcionando correctamente.

Control químico del agua

El filtrado no siempre es suficiente para resolver todos los problemas relacionados con la calidad del agua. Los productos químicos son necesarios para controlar algas, bacterias de hierro y azufre, y otros organismos patógenos que pueden afectar el rendimiento del sistema. Entre los tratamientos más comunes está el uso de cloro, que se utiliza para eliminar la actividad microbiana, descomponer materiales orgánicos y oxidar minerales solubles. Este proceso provoca que estos minerales se precipiten fuera de la solución, previniendo que obstruyan los emisores.

Los tratamientos ácidos también se emplean para bajar el pH del agua y disolver los precipitados de manganeso, hierro y calcio. El permanganato de potasio es otro producto utilizado para oxidar el hierro en algunas condiciones. Es recomendable colocar el sistema de filtrado después de la aplicación de estos tratamientos para eliminar cualquier partícula formada durante el proceso. Es importante siempre monitorear el sistema y realizar ajustes si es necesario.

cinta de riego por goteo

Manejo de bacterias y precipitados

Las bacterias pueden crecer en los sistemas de riego, especialmente cuando no hay luz y en pozos contaminados. Estas bacterias se alimentan de hierro o azufre, produciendo una masa viscosa que puede obstruir rápidamente los emisores y los filtros. Estas bacterias pueden causar la precipitación de hierro y azufre, lo que contribuye a la formación de depósitos que pueden dañar el sistema.

Para controlar la proliferación bacteriana, el cloro es la solución más efectiva. Un tratamiento continuo de cloro disponible es efectivo para mantener el sistema limpio. En casos de aguas más contaminadas, puede ser necesario realizar tratamientos de choque con dosis más altas de cloro para eliminar los problemas bacterianos y de precipitados.

Tratamientos de agua con altos niveles de hierro

El agua con niveles elevados de hierro puede ser un problema para los sistemas de riego. El hierro disuelto en el agua se oxida y se precipita, formando un lodo que puede bloquear los emisores y las tuberías. Existen varias técnicas para tratar el hierro en el agua, como la aireación y la sedimentación, o el uso de cloro para precipitar el hierro de la solución. También es importante utilizar un filtro de medios de arena que pueda lavarse con frecuencia para eliminar los precipitados de hierro.

El control del pH también es una herramienta útil en este proceso. El hierro es más soluble en un pH bajo, por lo que el ajuste del pH a valores ácidos puede disolver los depósitos de hierro. Se debe tener cuidado al utilizar este método, ya que el pH debe mantenerse bajo solo el tiempo suficiente para disolver el hierro, y luego el sistema debe ser lavado para eliminar los depósitos resultantes.

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Algas y plantas acuáticas en fuentes de agua

Las algas y las plantas acuáticas en las fuentes de agua pueden ser un gran problema para los sistemas de riego, especialmente durante las floraciones en verano. Estas algas crecen rápidamente y pueden enredarse en las mallas de los filtros, causando obstrucciones. La forma más eficaz de controlar las algas es mediante el uso de sulfato de cobre u otros productos químicos aprobados para tal fin. Es importante tener cuidado para no dañar a la fauna acuática.

Precipitación de calcio y dureza del agua

El agua dura, que contiene altos niveles de calcio, puede provocar la formación de depósitos de calcio, como carbonatos, dentro del sistema de riego. Estos depósitos aparecen como una capa blanca en las tuberías y emisores. Para resolver este problema, es necesario ajustar el pH del agua mediante el uso de ácidos, como el ácido clorhídrico, que disolverán estos depósitos y limpiarán el sistema.

El uso de equipos de ablandamiento de agua también es útil en áreas con agua extremadamente dura. Estos dispositivos funcionan mediante un proceso de intercambio iónico, donde los iones de calcio y magnesio se reemplazan por sodio, lo que reduce la dureza del agua. Si el agua contiene hierro, es necesario instalar un filtro de eliminación de hierro antes del ablandador para evitar obstrucciones.

La clave para optimizar el rendimiento del riego es su mantenimiento

El mantenimiento de sistemas de riego es esencial incluso durante los períodos sin cosecha. En rieggo, te podemos asesorar para la instalación de sistemas de rieggo y su correcto mantenimiento. Al realizar inspecciones regulares, controlar los químicos del agua, manejar las bacterias y los precipitados, y tratar los problemas de hierro, algas y calcio, se asegura que el sistema siga funcionando de manera eficiente cuando se necesite nuevamente. Implementar estas prácticas preventivas no solo prolonga la vida útil del sistema, sino que también garantiza que los cultivos reciban un riego adecuado, maximizando el rendimiento en la próxima cosecha.

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