El cultivo de mango tiene orígenes prehistóricos, proveniente inicialmente del sureste asiático, sobre todo India y Filipinas. El mango es una drupa, que es un tipo de fruta que se considera carnosa, pero con un centro “leñoso” (el hueso) y por lo general con una sola semilla (igual que los duraznos, las ciruelas, o las aceitunas).

El mango tiene diferentes colores y sabores, aunque es por lo general dulce. En general se tiene la percepción de que el mango es una fruta que a nadie le disgusta (aunque no es así). El sabor del mango varía según su madurez: cuando se encuentra verde, la cáscara es de ese color, la pulpa es verdosa y muy pálida, y el sabor es dulce astringente; al estar medianamente maduro se vuelve un poco más dulce; y al estar maduro se vuelve muy dulce y de textura fibrosa.

Cultivo de mango en México

El árbol del mango crece principalmente en los trópicos. De acuerdo con el Gobierno de México, en ese país, en 2021, se cultiva en 23 de las 32 entidades, siendo Sinaloa (397,780 toneladas), Guerrero (390,751 toneladas), Nayarit (322,155 toneladas), y Chiapas (268,374 toneladas) en donde se generan dos terceras partes del volumen que se cosecha a nivel nacional. En esos estados es donde se encuentran las zonas con mayor rendimiento.

En México existen las condiciones ideales para el cultivo del mango. Requiere de un suelo arenoso y arcilloso para que las raíces penetren fácilmente en la tierra. Siendo que tiene solamente una raíz principal y entre dos y cuatro raíces que profundizan hasta seis meses de longitud, este tipo de tierra es muy importante para su enraizamiento y crecimiento. Las raíces secundarias se extienden hasta el diámetro de la copa.

El mango Ataulfo es el más popular en México. Tiene una pulpa cremosa y de sabor dulce, es pequeño, ovalado, y originario de Chiapas. El mango Kent también es de los más consumidos por los mexicanos, siendo de piel roja, jugoso y de baja fibra. También son muy populares en México el mango Tommy Atkins, Hadden, y el mango Manila, siendo de textura suave, sin fibra, y con una pulpa fina.

México se posicionó en el sexto lugar de los productores mundiales de mango, y en el exportador número uno en 2020.

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Requerimientos para el cultivo de mango y su adecuado crecimiento

Para su crecimiento, además del clima tropical y suelo arcilloso, el árbol de mango requiere también ciertas características meteorológicas. El rango de necesidad de precipitación puede variar entre los 500 y 2500 milímetros. Es importante que a una temporada fuerte de lluvias la siga una temporada de sequía, ya que esta situación ayuda a fortalecer las hojas. Si la temporada de lluvias empieza a finales de mayo y continua hasta octubre, se darán condiciones ideales para el óptimo florecimiento del cultivo de mango. La temporada seca también ayuda a la producción de mangos, ya que se disminuye el crecimiento, pero se induce la floración.

Preferentemente el cultivo de mango requiere una altura de máximo 450 a 600 metros sobre el nivel del mar, en donde las temperaturas oscilen de veinticuatro a veintisiete grados centígrados. Aunque se ha visto que algunas especies soportan altas temperaturas por corto tiempo—hasta los cincuenta grados centígrados—no se recomienda que se cultive en donde puede haber extremas temperaturas por largo tiempo, sobre todo si se acompañan de baja humedad o vientos fuertes. En cuanto a temperaturas bajas, se ha visto que los árboles maduros pueden soportar hasta cuatro y medio grados centígrados.

Riego del cultivo de mango

En comparación con otros árboles frutales, los árboles de mango son muy tolerantes a la sequía. El riego que requieren es muy poco, sobre todo porque sus raíces pueden llegar a grandes profundidades (incluso tres metros o más), por lo que pueden obtener agua del subsuelo. Si las raíces no llegan a tal profundidad, será necesario hacer un riego mayor y más frecuente.

La máxima exigencia hídrica del mango se alcanza a los ocho años de edad, ya que el árbol empieza a necesitar entre sesenta y ciento veinte litros a la semana. Los tipos de riego ideales para el cultivo de mango son por microaspersión y por goteo. El riego en el mango ayuda a prevenir la caída de hojas durante la sequía. Sobre todo en los árboles recién sembrados, sin importar el tipo de suelo, es muy importante que reciban agua regularmente durante los períodos secos.

El riego por goteo consiste en poner dispositivos que suelten gotas de agua muy cerca de la tierra o bajo tierra, de forma que el agua llegue directamente a las raíces, que son las encargadas de distribuirla por toda la planta (o árbol, en el caso del mango). Este tipo de riego es muy útil también para regular la cantidad de agua que le llega a la planta para que solamente reciba la necesaria. En este sentido, el agua no se desperdicia y el cultivo rinde al máximo.

El riego por aspersión consiste en lanzar agua a presión de forma que abarque un área determinada y pretende imitar el agua de lluvia al humedecer las hojas y la planta en la superficie, además de la tierra. En el caso de la microaspersión, igualmente se utilizan aspersores pero que lanzan el agua en forma de lluvia fina, pero en una superficie más controlada. Si el suelo es muy arenoso, los dispositivos de riego por goteo no siempre se pueden colocar adecuadamente y el agua no llega a las raíces como es esperado, por lo que este tipo de riego resulta mejor.

Tecnología de riego en el cultivo de mango

Ya sea para el riego por microaspersión, o por goteo, rieggo es la mejor opción para cotizar tu sistema de riego con opciones de financiamiento y tecnologías de monitoreo. Con nuestras tecnologías, mediante un teléfono inteligente o computadora, se puede monitorear la cantidad de agua que requiere la planta y para dosificar dicha cantidad. De esta forma se ahorra agua hasta en un 30% y se sube el rendimiento del cultivo hasta un 15%.

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