Cultivo de chile: Todo lo que debes de saber para mejorar la cosecha
El chile se conoce en México desde hace muchos siglos. El cultivo de chile es hoy parte esencial de la cocina mexicana y es ubicado como un símbolo del país en casi todo el mundo. En Sudamérica se han encontrado la mayor cantidad de especies, por lo que se cree que llegó a México gracias a pájaros migratorios, poco a poco permeando en el territorio. Muchas culturas prehispánicas lo utilizaron no solo en su cocina, sino en la medicina, en la milicia (utilizando el humo como un tipo de gas picante), e incluso como castigo para los niños pequeños.
Se cree que el primer cultivo de chile se realizó entre el sur de puebla y el norte de Oaxaca, hacia el sureste de Veracruz. Se ha encontrado evidencia de utilización de chile en la cocina en las zonas arqueológicas de Monte Albán, Teotihuacán, y Tula, por lo que se sabe que es utilizado en el territorio mexicano desde la época prehispánica. En México hay principalmente cuatro especies domesticadas.
El chile habanero, aunque no es originario de México, se cultiva en la península de Yucatán desde hace más de doscientos años, por lo que el arraigo es ya muy importante para la zona y para el país. Por otro lado, está el chile tabasco o chile de árbol, aunque en algunas zonas rurales se le puede conocer por otro nombre. En las zonas más altas se cultiva el chile manzano, pero el más común, es el Capsicum annuum, más conocido como pimiento o pimentón. De este último derivan también el chile poblano y muchos otros que no se consideran dulces de sabor, aunque provengan de la misma especie.
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Recomendaciones para mejorar el cultivo de chile
El cultivo de chile requiere principalmente de un clima cálido para crecer. Aun así, al bajar de los diez grados centígrados, la planta deberá de crecer (algunas especies debajo de los dieciocho). Es importante entonces mantener la temperatura del cultivo entre veinte y veintiocho grados centígrados, ya que a temperaturas más altas, se pueden empezar a quemar las hojas. Por otro lado, la germinación requiere darse entre los doce y dieciocho grados centígrados, siendo importante el control de la temperatura para lograr las variaciones que pueden optimizar su crecimiento.
Gracias a las variaciones de temperatura que requiere el cultivo de chile, es muy común que se siempre primero en semilleros y posteriormente se pasen a la tierra, de modo que no se tenga que controlar el clima en dos diferentes momentos. Al tener alrededor de diez centímetros de altura y unas cinco hojas, si la temperatura exterior es la adecuada se puede proceder plantarlas. Aunque se recomienda buscar la medida especial para cada especie, principalmente es mejor plantar con cuarenta centímetros entre plantas y sesenta centímetros entre hileras.
Los chiles son un fruto pesado en relación con su planta, por lo que se recomienda utilizar guías para sostener el fruto. Esta técnica es comúnmente utilizada en agricultura y resulta muy útil para cuidar la calidad de los frutos. Los chiles del cultivo se cuelgan en las guías para darles oportunidad de terminar de crecer. También hace más fácil la cosecha, que por lo general es dos meses después del trasplante.
Riego en el cultivo de chile
El chile es una planta muy dinámica, por lo que puede soportar diferentes formas de cultivo y riego. El sistema de riego más común para el cultivo de chile es el sistema de riego por goteo, siendo también el más benéfico. Se utilizan también sistemas de riego por aspersión, aunque en menor medida. Igualmente, es importante notar que algunas veces se cultiva esta planta de forma hidropónica—técnica basada en siembra en agua, fuera de la tierra—, sobre todo en la siembra. Cualquiera que sea la forma de cultivo, el sistema de riego por goteo ha sido el preferido por los agricultores para esta planta tan especial.
Sistema de riego por goteo para el cultivo de chile
El sistema de riego por goteo funciona instalando unos tubos que corren a lo largo del cultivo. Los tubos conducen el agua y sueltan gotas de agua, ya sea directamente sobre la tierra o debajo de ella según se encuentren instalados. El objetivo es llevar el agua de riego directamente a la raíz, o lo más cerca de ella. También es muy útil este sistema para llevar fertilizantes y nutrientes a las plantas, ya que muchos de ellos se pueden disolver en el agua. Con la tecnología de los sistemas de rieggo, es además posible monitorear el uso de agua, y programar la periodicidad con la que se riega para optimizar el uso del agua.
rieggo también cuenta con programas de financiamiento para el arrendamiento de sistemas de riego. Primero se hace un diagnóstico del sistema de riego actual para diseñar y desarrollar un sistema adecuado y óptimo para el cultivo, de forma que se pueda garantizar hasta 30% de ahorro en agua de riego y 15% de aumento en el rendimiento del cultivo. Estos sistemas se diseñan e instalan con la mejor tecnología, que, combinando datos aéreos y del suelo en tiempo real, se analizan para obtener los resultados esperados garantizados.
Los sensores utilizados por la tecnología de rieggo están respaldados por un soporte técnico para un mejor monitoreo de los datos del cultivo. Igualmente se capacita a todo el personal que pueda utilizar el sistema, de modo que todos tengan el conocimiento de cómo usarlo, así como de los resultados que se obtienen para realmente aprovechar el sistema de riego al máximo.
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