El agua es un recurso escaso. La conservación del agua ha sido parte de la discusión sobre el cuidado del medio ambiente desde el siglo pasado. Aunque ocupa más de dos terceras partes de la superficie del planeta, sólo menos del dos por ciento es agua dulce, y menos del 0.5 por ciento es posible utilizarla, ya que el resto se encuentra congelada o en el subsuelo. El problema es que el agua es un líquido vital para todos los seres vivos. No solamente se bebe, sino que debe utilizarse para la producción de alimentos como el caso de la agricultura.

La utilización de agua en el campo es evidentemente esencial. Sin embargo, como agricultores es importante buscar nuevas y mejores prácticas de conservación del agua en los cultivos. En el riego se puede llegar a usar mucha agua, pero si es la exacta necesaria para la planta, se estará poniendo un granito de arena para alcanzar la sostenibilidad en el campo.

La escasez de agua es un problema mundial. Según un estudio del sitio de divulgación científica Science, más de quinientos millones de personas en el mundo sufren de escasez de agua durante todo el año. Principalmente en India, China, y África, millones de personas sufren el estrés hídrico del agua que se utiliza en todo el mundo. Mientras más prácticas de conservación del agua se apliquen diariamente en el campo, se puede contribuir a evitar una escasez mundial.

Compromiso en la conservación del agua

Desde su inicio, rieggo ha buscado ser un aliado de los agricultores de diversas formas. Comenzando por el diseño de sistemas de riego a la medida, así como su financiamiento según las necesidades del propio agricultor, siempre ha estado a la vanguardia en el sector. Sin embargo, es mucho mayor la importancia y aportación que tiene rieggo a la conservación del agua en México.

Al diseñar un sistema de riego, se busca que sea eficiente y funcione con la menor cantidad de agua posible. Eso significa ajustar las dosis de agua según el cultivo y utilizar sólo la cantidad de agua necesaria. Utilizar poca agua no significa que el cultivo podría sufrir de estrés hídrico, sino que se utiliza el agua necesaria para dar frutos o florecer de forma óptima. Al usar la cantidad de agua adecuada el cultivo aumenta su rendimiento. Esto se ve reflejado en más frutos y de mejor calidad en el mismo tallo, o mejor calidad de hojas o brotes, según sea el caso.

Precisamente el compromiso de rieggo se encuentra en el ahorro de hasta el treinta por ciento de agua de riego, además de hasta el quince por ciento de aumento en el rendimiento del cultivo. Al estar presentes de forma integral en el diseño, planeación, e instalación de los sistemas de riego, y creando proyectos llave en mano, cada vez se tiene una mayor aportación a la conservación del agua.  

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Sistemas de riego eficientes

Todos los sistemas de riego diseñados e instalados por rieggo son eficientes gracias a la optimización que hacen en el uso de agua. Los más utilizados son el sistema de riego por goteo, y los sistemas de riego por aspersión y microaspersión.

El sistema de riego por goteo es en sí mismo un sistema ahorrador de agua. Deja caer gotas en las raíces o en la tierra muy cerca de ellas, donde son absorbidas más fácilmente por la planta.

Los sistemas de riego por aspersión y microaspersión lanzan agua a presión que cae sobre las plantas. El sistema de riego por microaspersión es mucho más localizado con gotas más pequeñas, por lo que es muy beneficioso para hortalizas. Todos tienen diferentes ventajas ante cada cultivo. Muchas plantas prosperan mejor al no tener hojas húmedas, por lo que se benefician más del sistema de riego por goteo, mientras que otras prefieren esta humedad o no requieren tan focalizado el riego.  

Utilización de la tecnología en riego

Una de las formas en las que el riego se hace más eficiente es por los avances en tecnología. Gracias a las innovaciones en sensores, fotografías satelitales, y tecnología móvil, hoy en día se puede monitorear un cultivo por medio de una aplicación en cualquier dispositivo.

Además del estado general del cultivo, se puede programar el riego y regular la cantidad de agua de cada cultivo. Al conocer el tipo de planta, se logra tener un panorama específico de sus necesidades para poder atenderlas. Con esta información, se le da a la planta la mínima necesaria para tener un mayor rendimiento sin desperdiciar.

Actualmente, la tecnología en riego ya no es solo un riego automatizado, sino un riego informado. Cada vez más se puede utilizar la información de distintas formas para optimizar recursos. Aunque el agua es el más importante, igualmente obtenemos ahorros en electricidad y en materiales como plásticos, fertilizantes, pero sobre todo en tiempo y mano de obra.

Realizar el riego en el momento adecuado

Otro factor que se debe tomar en cuenta al pensar en la conservación del agua, es el momento del riego. Si bien el riego por goteo es por lo general un riego constante, es importante—para cualquier sistema de riego—realizarlo una hora antes de la salida del sol o después de la puesta.

Esta práctica es muy sencilla y se evita el desperdicio de agua por evaporación. En este caso se utilizará menos de la necesaria, asegurando que la planta pueda absorber toda el agua que se le proporciona.