La agricultura protegida ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)—dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural—la agricultura protegida creció de 700 hectáreas a más de 23 mil entre 2000 y 2015. Tiene varias ventajas ante lo que se conoce como agricultura de campo abierto, la cual es mucho más conocida y lleva haciéndose durante más tiempo.

Realmente ninguna es mejor que la otra, pero sí tienen sus diferencias. Gracias a la forma en la que funcionan, cada una tiene sus ventajas y brindan mejores condiciones para ciertos cultivos. Es importante identificar cuáles y utilizar el método que haga crecer al cultivo de forma óptima y con mayor rendimiento.

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La agricultura protegida: ventajas de cultivar al interior

La agricultura protegida se define por ser aquella en la que los cultivos se encuentran cubiertos. Si bien se comenzó en la fabricación de invernaderos a gran escala, también existe otro tipo de agricultura protegida en la que solamente se cubren los cultivos con estructuras hechas de metal y plástico para protegerlas.

Esta necesidad de protección viene de los mismos requerimientos de ciertas plantas que tienen necesidades muy específicas. Algunas condiciones ambientales en determinadas localidades pueden arruinar los cultivos, por lo que la agricultura protegida ha hecho que se pueda cultivar un mayor número de tipos de plantas en más lugares del mundo, así como tener frutos fuera de temporada. Gracias a ella se pueden proteger las plantas de humedad excesiva, luz solar, temperaturas extremas—ya sea calor o frío—y demás condiciones ambientales como las heladas.

Las plantas que son propensas a las plagas también se benefician de la agricultura protegida. En este tipo de cultivos se tiene un mayor control de todas las variables que afectan a la planta, incluyendo a las enfermedades y agentes invasores. Al controlar todos los aspectos de clima, temperatura, y riego, la planta se mantiene en mejores condiciones.

Otros grandes beneficios importantes que se dan gracias al control que se tiene son el ahorro de agua, y mayor productividad y calidad de los alimentos. El jitomate es la principal planta que se beneficia de la agricultura protegida, seguida del pepino, el pimiento, la berenjena, y el chile.

Ventajas de la agricultura a campo abierto

La agricultura a campo abierto es la primera que se ha practicado en la historia y ha tenido milenios para perfeccionarse. Hoy se sabe mucho al respecto y se aplican las nuevas tecnologías cada año de mejor forma. Es gracias a ella que el ser humano dejó de ser nómada para estabilizarse y desarrollarse.

Si bien en la agricultura a campo abierto no se tiene tanto control sobre los cultivos, hay muchas plantas que se benefician de este tipo de agricultura, sobre todo las hortalizas como brócoli, coliflor, calabaza, cebolla, lechuga, espárrago, y algunas frutas como melón, sandía. De igual forma, los cultivos que crecen en árboles pues necesitan más espacio, siendo muchos de ellos los cultivos más rentables como el aguacate, las almendras, el olivo, y el pistache. Las hortalizas en particular requieren de mucha agua y luz de sol, por lo que se ven ampliamente beneficiadas por la lluvia, que complementa el riego que se les da.

Estos cultivos tienen mejor rendimiento a campo abierto, ya que aprovechan el ambiente de forma natural. Si bien tienen la desventaja de sólo dar frutos en temporada, también se benefician de las lluvias, temperaturas, y condiciones medioambientales naturales para crecer. En este mismo sentido se aprovecha el suelo que ya existe en campo abierto y los polinizadores naturales. Las plantas que naturalmente son de la zona se verán mayormente beneficiadas.

La importancia del riego en la agricultura protegida y de campo abierto

El riego juega un papel crucial en cualquier tipo de agricultura. Sin importar el tipo de cultivo que se tenga, rieggo tiene el mejor complemento para ellos. Utilizando la más avanzada tecnología en riego y agricultura protegida se puede ahorrar hasta 30% de agua y aumentar el rendimiento del cultivo hasta un 15%.

Con los sistemas de rieggo, se puede controlar el agua en cualquier cultivo, sin importar si se encuentra a campo abierto o protegido. Gracias a una aplicación móvil, se puede monitorear el cultivo y programar la cantidad de agua que requiere en el riego, además de la periodicidad con la cual recibirla.

Los principales sistemas utilizados en rieggo son los sistemas de riego por goteo y los sistemas de riego por aspersión y microaspersión. También se cuenta con otros tipos de sistemas que se pueden adaptar a la tecnología de rieggo, además de invernaderos llave en mano y otros servicios, como telemetría, financiamiento, e instalación y arrendamiento de sistemas de riego adaptados al sistema actual. La tecnología de rieggo funciona mediante el conocimiento de las necesidades del cultivo, complementado con fotos satelitales y sensores en la tierra.

Especialmente los sistemas de riego por goteo son además excelentes para distribuir fertilizantes y pesticidas que se puedan disolver en el agua, haciéndolos la mejor herramienta para el cuidado de los cultivos.

¿Quién gana?

Ningún tipo de agricultura es mejor que otra. Cada una beneficia a diferentes tipos de cultivo que tienen diversas necesidades y requerimientos.

El riego es una parte crucial para el cuidado de cualquier planta para que tengan un óptimo rendimiento. Tener el mejor sistema de riego que ayude a optimizar el trabajo del agricultor, además de minimizar la degradación del suelo y mantener los cultivos sanos es la mejor forma de hacerlo.