4 Ventajas del cultivo de hortalizas en invernadero

El cultivo de hortalizas en invernadero es una práctica que se ha logrado de forma exitosa desde hace muchos años. Las hortalizas se cultivan en extensiones de tierra definidas y son herbáceas de grandes hojas, principalmente se plantan verduras, legumbres, y guisantes. Las hortalizas tiene la fama de ser un lugar de plantas comestibles sanas, gracias a que la mayoría son reducidas en calorías, además conforman gran parte de la comida mexicana.

Las hortalizas generalmente se plantan en huertos ya que las hortalizas no requieren de raíces profundas para madurar. Generalmente crecen rápido y ciertas de ellas se cosechan desde la raíz. Incluso algunas como la zanahoria, la papa, y el ajo son las mismas raíces las que se consumen. Otras como las acelgas, lechugas, o espinacas se utilizan más bien las hojas. En cualquiera de los dos casos, la planta se cosecha completa, por lo que no se queda en el suelo esperando una nueva temporada, como en el caso de un árbol u otras plantas.

Requieren grandes cantidades de agua ya que este vital elemento representa más del 80% de su composición.

Ventajas del cultivo de hortalizas en invernadero 

Los invernaderos tienen muchas ventajas, pero son especialmente beneficiosos para el cultivo de hortalizas. Aunque el control sobre las variables climáticas es de las principales, también se puede manejar una mayor área de cultivo, pero sobre todo una mayor variedad, lo que es una excelente opción para el manejo de huertos.

Hortalizas de invernadero

Por otro lado, la tecnología en invernaderos ha crecido exponencialmente con el cambio de milenio. No solo en la forma de construcción para hacerlos de forma más rápida y efectiva, sino en la forma en la que se pueden cuidar las plantas. Al ser ambientes controlados, se puede cada vez más monitorear a distancia lo que ocurre con los cultivos, ahorrando recursos humanos y económicos.

1. Control

Esta simple palabra es la principal ventaja del cultivo de hortalizas en invernadero. Al sembrar a campo abierto se tiene muy poco control sobre variables como la temperatura, la luz, el agua, el suelo, y las plagas. Los invernaderos permiten aumentar ese control para mejorar el rendimiento del cultivo.

Al estar en un lugar cubierto, se puede tener una temperatura específica, sin importar la que se encuentre en el exterior. Las hortalizas requieren un clima templado, entre los dieciocho y veinticinco grados centígrados. Por otro lado, la luz también se puede controlar al elegir el tipo de recubrimiento que se tendrá, ya sea que se deje pasar luz directa o parcial, según las necesidades del cultivo.

El suelo también puede elegirse y cuidarse de mejor manera, sobre todo en el caso de las hortalizas. Si se hacen áreas más pequeñas como en cajas, se puede controlar de mejor forma los nutrientes que se utilizan. En el caso del riego, aunque siempre se puede controlar, ya no se tendrá también el agua de la lluvia, que es una variable que puede ser una desventaja en algunos casos. La tecnología de los sistemas de riego de rieggo es la mejor para las hortalizas, no solo para mantener ese control, sino para optimizar el líquido vital, reduciendo su uso en hasta el 30%.

También es muy importante considerar el control que se tiene sobre las plagas en un invernadero. Estas estructuras se diseñan especialmente para cuidar a las plantas de variables externas, por lo que es más fácil monitorear su salud.

2. Mayor área para cultivos

Al poder cultivar hortalizas en áreas más pequeñas, se puede aumentar el área para los cultivos. En este sentido, se pueden tener cajas grandes donde queden en un espacio reducido para poder sembrar una mayor cantidad, o puede ser incluso hacia arriba en forma de pirámide o en macetas verticales.

Los huertos verticales han tenido un mayor crecimiento en los últimos años, sobre todo en áreas urbanas. Por otro lado, las hortalizas se benefician también de la hidroponía que es el cultivo de hortalizas sobre agua. Se colocan los nutrientes en el agua y la planta los puede absorber de las raíces con todos los beneficios, además de poder sembrar más al encontrarse unos arriba de otros.

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3. Posibilidad de cultivar fuera de temporada

Al tener un control sobre las variables externas, es posible hacer ciertos cultivos fuera de temporada, incluso todo el año. No todas las plantas lo permitirán, sin embargo, se tiene la posibilidad con la mayoría de las hortalizas.

En lugares de temperaturas bajas extremas, los invernaderos pueden cuidar a las plantas de heladas, incluso simular temperaturas más altas que beneficien a los cultivos. Por otro lado, en lugares de temperaturas muy altas podrán ayudar a mantener una humedad adecuada.

4. Mayor variedad de cultivos

En la agricultura a campo abierto, al tener que preparar el suelo que se utiliza para ciertos cultivos, es muy restringida la variedad de cultivos que se puede tener en un espacio determinado. Cada planta hace un intercambio con el suelo en el que toma ciertos nutrientes mientras deja otros. En ese sentido, se debe buscar ciertas plantas que se puedan sembrar juntas o simplemente tener un espacio libre entre cada una.

El cultivo de hortalizas en invernadero permite tener mayor variedad de plantas en un espacio más reducido. Gracias a otras de las ventajas mencionadas como el control y el aumento del área de cultivos hacia arriba, cada planta tendrá su espacio y su suelo. Se puede mantener más variedad de plantas juntas en un solo lugar, optimizando el crecimiento y rendimiento de cada una de ellas.

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