Aspectos clave para la producción y cultivo del pimiento

El cultivo del pimiento inició en Sudamérica, mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón, hace más de seis mil años. Principalmente se cultivaba en Bolivia y Perú, pero desde el siglo XVI ya se cultiva en prácticamente todo el mundo. Colón fue quien lo introdujo a Europa, e inicialmente, todos los pimientos tenían un sabor picante. Se le dio ese nombre, ya que se le asociaba con la pimienta por la sensación de picor que tenía. Por esa razón, no tuvo gran éxito en Europa, sino hasta finales del siglo XIX, cuando se desarrollaron variedades de pimiento con sabor más dulce y menos picante.

En México, el pimiento se produce en 19 de los 32 estados de la república. De acuerdo con datos de la Planeación Agrícola Nacional 2017-2030, la producción anual en México es de 3.2 millones de toneladas, y un crecimiento anual promedio de 4.82% entre 2003 y 2016. Aunque China es el mayor productor de pimiento en el mundo, casi toda su producción se consume internamente. En 2017, México se convirtió en el mayor exportador del mundo, superando el millón de toneladas vendidas al exterior (29.71% del pimiento exportado en el mundo es mexicano).

¿Cómo es la planta del pimiento?

El pimiento es una planta herbácea y perenne. Su ciclo es anual y crece entre los 50 centímetros y dos metros de forma erecta. Se ramifica dicotómicamente—de dos lados del tallo—y su sistema radical es abundante y profundo. La hoja es de un ápice muy pronunciado y lampiña, ya que no contiene pelos, espinas, nervios, o esporas. Es suave al tacto y de color verde semi intenso. El nervio principal parte de la base de la hoja y las nerviaciones secundarias son pronunciadas, llegando al borde. El tamaño es variado, teniendo una relación directa entre la hoja adulta y el peso del fruto.

Las flores son solitarias y aparecen en los nudos del tallo. Pequeñas, de corona blanca, tienen un sistema reproductivo que es diferente entre especie y variedad, por lo que es importante conocer la especie que se planta para saber sus afectaciones al momento del cultivo. El fruto, siendo el pimiento en sí, es una baya hueca de color variable y más o menos cartilaginosa. Las semillas en el interior se encuentran acomodadas de forma cónica del lado del tallo. Son de color blanco amarillento y miden entre 3 y 5 centímetros.

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Producción y cultivo del pimiento

El clima en cualquier cultivo siempre es fundamental. Sin embargo, en el caso del cultivo del pimiento se debe considerar de forma crucial. Aunque la temperatura mínima de siembra es de 15 grados centígrados, y para florecer requiere por lo menos 18 grados centígrados, es una planta que no soporta heladas, y su temperatura ideal realmente oscila entre 20 y 26 grados centígrados para florecer y fructificar. En este sentido, se debe cuidar de no sembrar en lugares donde exitan temporadas de temperaturas muy bajas, ya que la planta podría sufrir anomalías y malformaciones. En el caso de temperaturas extremas muy altas, podrían haber caídas prematuras de las flores y los frutos, sobre todo si se coincide con baja humedad.

En los primeros estados de desarrollo, el pimiento requiere de mucha luz. La humedad relativa óptima debe estar entre el 50 y 70%. Si resulta más elevada, podría desarrollar enfermedades, dificultando la fecundación.

Plantación de pimiento

El cultivo del pimiento requiere de suelos profundos, sueltos, ricos en materia orgánica, y con presencia de arenas. El sistema radicular es muy sensible a asfixiarse, por lo que requieren suelo con muy buen drenaje. El pH ideal del mismo debe estar entre 5.5 y 7, ya que no es muy sensible a la acidez del suelo.

Para sembrar el pimiento, se recomienda hacerse por trasplante. Se hace en un semillero en los meses de febrero marzo en el hemisferio norte y aproximadamente dos meses después se trasplanta en un suelo aireado y rico en materia orgánica. Si se siembra manualmente, la recomendación es poner de entre 10 a 15 semillas con una distancia de 50 centímetros entre ellas. Se puede utilizar una sembradora eléctrica, colocando entre 100 y 120 semillas por metro en cada hilera. Se depositan con una profundidad de entre 2 y 3 centímetros, y al germinar, se deben quitar algunas, de modo que la distancia entre ellas sea de entre 25 y 30 centímetros.

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Riego en el cultivo del pimiento

El riego en el cultivo del pimiento debe ser moderado y constante, por lo que se recomienda utilizar un sistema de riego por goteo. Este tipo de sistema deja caer gotas de agua en forma continua, directamente en la tierra, muy cerca de la raíz y se puede utilizar también para administrar fertilizantes o pesticidas según se requiera.

Precisamente el sistema de riego por goteo puede ser utilizado para darle al pimiento las sustancias que necesita. Durante las primeras fases del cultivo, el cultivo del pimiento requiere más nitrógeno, mientras que se le debe agregar fósforo al parecer las primeras flores. Posteriormente potasio para ayudar a la coloración, y finalmente magnesio en la maduración. Se deben cuidar de las plagas de mosca blanca y pulgón principalmente.

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El pimiento tiene moderada tolerancia a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego. Para ayudarla a crecer se recomienda hacer unos montoncitos de tierra sosteniendo los tallos, al igual que retículas para mantenerlos erectos. El sistema de riego por goteo ayuda a mantener la tierra húmeda, sobre todo cerca de las raíces para ayudarle a crecer adecuadamente.

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